Dice:
«El verdadero temor de Dios solo existe en el corazón de aquel que reconoce la unidad de Dios».
Entonces hemos dicho que temor no es miedo. Temor es ese acercamiento reverencial donde se ve la grandeza divina y ¿Qué quiere decir reconocer la unidad de Dios?
Quiere decir emparejar el mundo de arriba con el mundo de abajo, es decir, las letras Yud (י) He (ה) con las letras Vav (ו) He (ה), cuando se empareja el mundo de arriba, es decir, el mundo de la intuición que tenemos cuando recibimos vía meditación cabalística mensajes, con el mundo de abajo que es la interpretación.
Cuando hacemos esta unión de meditar e interpretar la meditación en ese momento tenemos lo que se llama el verdadero temor de Dios y hay algo muy interesante en esto.
Aquel que se acerca a Hakadosh Baruj Hu, Dios se acerca a él, tú das un paso y Dios da cien pasos, tú te alejas de un paso de Dios y él se aleja dos. Tú buscas una recompensa, te dan mil recompensas; te has ganado por un cortocircuito el rigor divino y Dios disminuye de 100 veces el rigor que te tendría que venir, la clemencia divina es impresionante, cuando te recompensa, te recompensa mil veces más y cuándo te corrige, te corrige cien veces menos que lo que mereces y esta manera de llevar al hombre es tremendamente clemente.
Ahora todo aquellos que temen a Hakadosh Baruj Hu no les falta de nada, eso dice el Zohar HaKadosh y temer a Hakadosh Baruj Hu hemos dicho que es aquel que aprende a meditar, luego, lo que te está diciendo que si tienes carencias, tienes que unir el Nombre de Dios, es decir, tienes que ir al mundo espiritual ir a pescar la energía que te falta y Dios te colma con lo que te falta y te llena aquello que te faltaba y ya no te falta nada.
«Bienaventurado el hombre que teme al Eterno, se deleita en gran medida en sus mandamientos»
Salmo 112:1