Por el Maestro Albert Gozlan
El Árbol de la Vida de manera sencilla
El Árbol de la Vida de manera sencilla, es el Mundo del Alma, contrariamente al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal es el mundo del cuerpo y del mundo físico.
En hebreo, en la cábala, el Árbol de la Vida se llama de Etz Ha Jaim y tiene una conexión con diferentes niveles de alma, llamados Nefesh, Rouach (Rúaj) y Neshamáh, hay dos niveles mayores: Chaya (Jayá) y Yechida (Yejidá).
Y esto corresponde también a cuatro mundos, en hebreo llamados:
- Olam Ha Atsilut: el mundo de los nombres de Dios.
- Olam Ha Beriah: el mundo de los Ángeles Superiores.
- Olam Ha Yetsira: el mundo de los Ángeles.
- Olam Ha Asiah: el mundo de nuestro Karma astral, que se llama Tikun astral.
Para entender lo que estoy diciendo hay que usar un ejemplo y una metáfora, vamos a imaginar un embudo. Es un embudo en el cual la conciencia divina se va a ir condensando hasta llegar al mundo físico. El ejemplo podría ser un cubito de hielo (agua congelada) y este cubito de hielo es físico, si lo calentamos se transforma en agua, si lo seguimos calentando se transforma y si lo seguimos calentando se transforma en plasma-agua (fuego).
Es decir, que pasa de fuego a hielo, o de hielo a fuego, hay un proceso de condensación o de descondensación, la conciencia divina funciona a través de los diferentes mundos del Árbol de la Vida en condensación desde Atsilut (quiere decir emanación) hasta Asiah (quiere decir fabricación) y en el medio hay dos mundos de transición de Atsilut baja a Beriah (mundo de la creación) y más abajo al mundo de la formación (Yetsira) y termina llegando al mundo físico (Asiah).
Así que vemos cómo la energía divina se va espesando, se va condensando hasta llegar a nuestro mundo.
¿El Árbol de la Vida, por qué se llama así?
Porque es un arquetipo que nos va a dar una imagen, pero hay que entender que el Árbol de la Vida en la cábala es un arquetipo que se
concibe como un árbol al revés, las raíces están en el cielo y el fruto está
en la tierra. Igual que en un árbol físico las raíces están bajo tierra y no
se ven están ocultas, pues la raíz del mundo físico está en un mundo espiritual (también oculto).
Las raíces de este árbol llamado Árbol de la Vida se incrustan en la conciencia divina que es energía pura, entonces este árbol tiene varias fases, igual que hemos hablado de los diferentes mundos:
- Olam Ha Atsilut: el mundo de los nombres de Dios.
- Olam Ha Beriah: el mundo de los Ángeles Superiores.
- Olam Ha Yetsira: el mundo de los Ángeles.
- Olam Ha Asiah: el mundo de nuestro Karma astral, que se llama Tikun astral.
En el Árbol de la Vida también tienen sus fases que serían:
- El mundo de la Raíz
- El mundo del Tronco
- El mundo de las Ramas
- El mundo de las Hojas
- El mundo del Fruto (siendo el fruto de nuestro mundo físico).
Digamos que, este mundo divino, se va condensando de tal manera que llega a ser inteligible para nuestros cinco sentidos, que se llamaría Olam Ha Asiah (el mundo la fabricación, el un mundo físico).
Pero hay que saber que la raíz de todos los acontecimientos que ocurren en este mundo, en nuestra tierra, la raíz está en Olam Ha Atsilut (en el mundo espiritual), es el origen de todo lo que nos ocurre.
De tal manera que las personas que no han estudiado cómo funciona el mundo del alma no comprenden este mundo.
Hay que entender que Olam Ha Asiah (el mundo físico donde estamos viviendo, llamado el mundo de la fabricación) es un mundo femenino sólo puede recibir la luz de un mundo donante y ¿Cuál es el mundo que da? es el mundo espiritual, los mundos espirituales (Atsilut, Beriah y Yetsira) son los que van dando a un mundo que recibe que es Olam Ha Asiah, entonces, todos los mundos son masculinos o sea dadores y sólo hay un mundo femenino que es el nuestro (Olam Ha Asiah).
El Árbol de la Vida, hemos dicho, que es el mundo del alma y de los secretos del cielo, ese mundo está exento de la prestidigitación y del engaño, que nos provoca nuestra imaginación, cuando no está domada, cuando nuestra imaginación no está preparada y dirigida, gracias a
las meditaciones cabalísticas, esa imaginación no preparada se vuelve,
salvaje y anárquica y nos lleva a un mundo de miedos, de caos, de conducta
errática y de desesperación.
Sin embargo cuando trabajamos nuestra imaginación por visualizaciones cabalísticas que eso tiene que ver en la penetración del mundo de Olam Ha Atsilut (mundo de la emanación), de esta manera corregimos nuestra imaginación y entramos en un mundo de plenitud.
La única realidad tangible, real y fuera de toda ilusión, que no nos engaña es el Árbol de la Vida (el mundo del alma) todas las otras realidades son ilusorias, mentirosas y engañan.
Los condensadores del Árbol de la Vida
Este Árbol de la Vida está hecha a base de condensadores, desde la energía pura, llamada Kether, hasta el mundo físico, que se llama Malkuth (Maljut). La energía divina se va a ir condensando.
No vamos a explicar todas las Sephirot (todos los Sephirot, son transformadores de energía), vamos a explicar cuatro las tres primeras del mundo Atsilut (Kether, Chokmah y Binah) que son dadoras, y una del mundo de Asiah, que es Malkuth (Maljut) (el mundo físico, donde nosotros vivimos).
Kether: es la conciencia de Dios, contiene todas las almas, todos los archivos, toda la información de nuestras reencarnaciones, es la memoria universal, de todos los universos y de todas las dimensiones.
Chokmah: es el mundo de la sabiduría, es la conciencia del universo, es un poquito más condensado que el mundo de Kether.
Binah: llamado inteligencia, es decir, que es una inteligencia que hace posible la distribución y el tránsito de la conciencia divina hacia mundos más inteligibles, más comprensibles hasta llegar a nuestro mundo que se llama Malkuth (Maljut).
Malkuth (Maljut): somos nosotros, viviendo en un mundo físico. ¿En realidad qué somos nosotros? Somos un archivo de la memoria de Hakadosh Baruj Hu (de la memoria divina), este archivo divino viene a vivir en un cuerpo que somos nosotros.
¿Qué tipo de vida hay?
Hay dos tipos de vida:
- Una vida que se ata al Árbol de la Vida.
- Una vida que se ata al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.
Si se ata al Árbol de la Vida tendremos una vida proactiva, llena de plenitud y si se ata al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, que es el mundo del cuerpo donde sólo pensamos en satisfacer las necesidades esenciales del cuerpo, entonces, tendremos una vida reactiva, una
vida bastante animal, basada en la ilusión, que nos lleva al miedo, al caos y
a la desesperación.
Es mejor que nos atemos al Árbol de la Vida.
¿Qué somos?
Somos exploradores que venimos a explorar: emociones, todo tipo de emociones desde las más alegres hasta las más tristes y así venimos a vivir un juego llamado el juego de la vida, vivimos el juego de la vida.
Después de lo cual, este archivo divino que baja la tierra a vivir su experiencia como explorador, se enriquece, se enriquece de todas las experiencias que nos toca vivir y una vez enriquecida vuelve de nuevo a Kether a la memoria divina eso es el Árbol de la Vida.